Orígenes:
Cuando hablamos de los Sixers nos referimos a la franquicia mas antigua de toda la NBA, si bien es cierto que ni el nombre ni la sede han sido siempre los mismos.
En 1939 se funda el equipo profesional de baloncesto bajo el nombre de Syracuse Nationals para años después, en 1946 unirse a la antigua NBL (National Basket League), aunque su estancia en dicha liga sería prácticamente testimonial ya que en 1949 acabarían asociándose con equipos de la BAA (Basketball Association of America) y otros mas de la NBL para poder formar por fin la NBA.
Los primeros años de los Nationals fueron muy exitosos, teniendo su momento cumbre en el primer campeonato de la franquicia, el del año 1955, de la mano de una leyenda como Dolph Schayes. Sin embargo, pocos años después y ante el crecimiento del mercado del deporte profesional, Irv Kosloff se hizo con la franquicia y la traslado a Philadelphia, aprovechando el hueco que en 1962 dejaron los Philadelphia Warriors, que se habían mudado a San Francisco.
En este momento tras votación popular, el equipo de Kosloff adopta el nombre de Philadelphia 76ers y el “Arena and Civic Center-Convention Hall” sería su primer hogar.
Los años de Chamberlain y el segundo campeonato:
Hay jugadores que cambian la historia del baloncesto. Uno de ellos fue sin lugar a dudar Wilt Chamberlain “The Big Dipper”. Un jugador capaz de anotar 100 puntos en un partido, de promediar 30 puntos y 20 rebotes durante su carrera o (según el mismo dice en su autobiografía “A View from Above”) haber tenido relaciones sexuales con unas 20.000 mujeres, aunque no sabemos si esto último tuvo alguna trascendencia en su juego dentro de la cancha.
La venganza llegaría en la temporada 1966-67. Una temporada espectacular de Philly, dejando el record de la temporada regular en un asombroso 68-13 (algo que nunca antes se había visto hasta ese momento) y ganando las Finales del Este a Boston Celtics y las de la NBA a los Warriors de San Francisco. Llegaba por tanto el segundo anillo y el nombramiento de “mejor equipo de la historia de la NBA” en esa misma temporada. Y es que Chamberlain no estaba solo. A su lado jugaba Hal Greer o un joven Billy Cunningham, ambos “Hall of Fame”.
Al año siguiente tocaba defender el título y en Finales de Conferencia de nuevo los Celtics, de nuevo la serie encaminada pero un fatal desenlace. Los Sixers, que esa temporada comenzaban a jugar en el mítico “Spectrum”, se dejaron remontar un 3-1 a favor para acabar cayendo eliminados incomprensiblemente. Sería la última temporada de Chamberlain en los Sixers, ya que fue traspasado a los Lakers. “The Big Dipper” seguiría haciendo historia lejos del estado de Pennsylvania.
Julius Erving y Moses Malone, camino hacia el tercer anillo:
Nadie pudo llenar el vacío que dejo tras su marcha Wilt Chamberlain. Los Sixers vivieron tras su partida los peores años hasta entonces. Una franquicia que aparecía en playoffs pero solo de manera testimonial, sin ser capaces de pelear realmente por proclamarse campeones. La verdadera decadencia del equipo llegaría en la temporada 72-73, en la cual solo se lograron 9 victorias en temporada regular, siendo el record por tanto de 9-73, la mayor cantidad de derrotas sufridas por un equipo NBA en la historia. El equipo necesitaba cambios y jugadores que ilusionasen al siempre exigente público de Philadelphia.
Julius Erving, también conocido como “Dr. J” se unió al equipo en la temporada 76-77 y desde ese mismo momento el conjunto opto a ganar la NBA asiduamente, disputando finales como la de la misma temporada 76-77, en la cual rozaron la victoria en la final contra los Blazers tras ir ganando la serie por 2-0. También en 1980 el éxito total estuvo muy cercano, perdiendo la final por un ajustado 4-2 contra los Lakers. El sexto partido de esa serie será recordado por los 42 puntos de Earvin “Magic” Johnson, que suplieron la falta de un Abdul-Jabbar que se había lesionado en el quinto partido de la serie. Erving y Dawkins no fueron suficiente resistencia para aquellos Lakers.
Temporada 82-83, los Sixers logran juntar en un mismo equipo a Moses Malone (a la postre MVP de la temporada y de las Finales de la NBA), Julius Erving, al base Maurice Cheeks, Andrew Toney "Boston Strangler” y Bobby Jones. Un conjunto de ensueño. Esa temporada tenía que ser la del tercer campeonato de Philly, no había otro objetivo que no fuera ese.
Tras una regular season espectacular con 65 victorias, llegaron los playoffs.
El MVP Malone, pronunció su famoso “Four, four, four”. Faltó muy poco para que la predicción del pivot de Virginia se hiciese realidad. Los 76ers arrasaron en aquella post-temporada, cediendo un solo partido en toda ella. El tercer anillo era una realidad.
De Barkley a Iverson, las últimas estrellas de los Sixers:
La temporada siguiente a la consecución del campeonato fue decepcionante, la resaca fue demasiado pronunciada y no se cumplieron las expectativas. Tras ese año, una nueva estrella aterrizaba en la ciudad del amor fraterno. Charles Barkley, genio y figura, tanto dentro como fuera de la cancha. Un jugador aparentemente pequeño para su posición, pasado de peso en ocasiones pero repleto de talento natural. En su primer año ayudó a los Sixers en su andadura en las series por el título, de las cuales fueron apeados en la Final de Conferencia una vez más, por los Celtics, una vez más. Sus promedios fueron de casi 15 puntos y 11 rebotes. “El Gordo” debía ser la pieza sobre la que construir un nuevo proyecto ganador en el futuro.
En 1986, el entonces propietario, Harold Katz traspasa a Moses Malone y la primera elección del draft de ese mismo año. Las críticas llegaron como era de esperar, ya que con esos movimientos el potencial del equipo fue claramente en descenso. Años de pisar playoffs aunque con poco éxito, siendo barridos entre otros equipos por los Bulls del entonces emergente Michael Jordan, hicieron que Barkley acabase siendo traspasado a los Phoenix Suns en 1992.
Sin un líder sobre la cancha, con cambios tanto en los despachos como en el banquillo y con muy desacertadas elecciones en los posteriores drafts, el equipo de Philadelphia entró en una espiral de malas temporadas, pobres records. La desilusión se apoderó del aficionado y en la temporada 95-96 el equipo “logró” un lamentable record de 18-64, el cual trajo consigo algo positivo, el número 1 del draft de la próxima temporada, lo que significaba que el base-escolta de la Universidad de Georgetown, Allen Iverson, acabaría siendo jugador de los 76ers.
Llegó la temporada 2000-01 y el arranque fue tremendo, los Sixers apuntaban a ser uno de los grandes candidatos para ganar el Este, pero el 5 del equipo, Theo Ratliff se lesionó de larga duración. Philadelphia no estaba dispuesta a tirar por la borda todo el trabajo de la temporada y rápidamente se movió en el mercado. Dikembe Mutombo hacía las maletas y tomaba rumbo a la casa de los 76ers, el entonces conocido como “First Union Center”. La temporada regular acabó siendo exitosa con un record de 56-26. Comenzaba la pelea real, los playoffs.
Las primeras rondas fueron muy disputadas, dejando en la cuneta a los Indiana Pacers de Reggie Miller por 3-1 (con el susto inicial en el cuerpo tras adelantase Indiana por 0-1 en la serie). Mas tarde serían los Raptors de Vince Carter los que claudicarían en una serie apasionante que se resolvió en el séptimo partido y por un solo punto. Las exhibiciones de Iverson eran constantes, partido tras partido rozaba o incluso superaba los 50 puntos.
En la final del Este esperaban los Milwaukee Bucks de Ray Allen, Sam Cassell y Glenn Robinson, que también fueron superados en 7 duros partidos por el equipo de Larry Brown.
Llegaba la primera final para la franquicia desde 1983 y en ella esperaban los Lakers de Shaquille O’Neal que no habían perdido ni un solo partido en todas las eliminatorias por el título que se llevaban disputadas. Una misión imposible pese a lograr la victoria de manera tremendamente inesperada en Los Angeles en el primer partido, con otra nueva grandísima actuación de “The Answer”.
Tras este año exitoso, el equipo fue poco a poco bajando su rendimiento. Así, en el año 2003 Larry Brown dejaba el equipo para irse a comandar a los Pistons, que tiempo después se alzarían con el campeonato.
Los Sixers vivieron años de movimientos en el banquillo y fichajes que no cumplieron las expectativas creadas (principalmente el de Chris Webber, que provenía de unos Sacramento Kings que habían estado muy cerca de conquistar el anillo).
En el año 2006 Iverson fue traspasado a los Denver Nuggets de un joven Carmelo Anthony. Un año después la otra pieza importante del equipo, Webber, vió rescindido su contrato.
Era post-Iverson y actualidad:
Comenzaba una nueva etapa en la franquicia, con jugadores como Iguodala, Thaddeus Young, Andre Miller o Louis Williams al mando del equipo (con vuelta fugaz de Iverson durante unos meses en la temporada 2009-2010 con poco éxito, dicho sea de paso).
La última buena actuación de Philadelphia en playoffs data de la temporada pasada, donde alcanzaron las semis del Este apeando a unos Bulls que en esa misma serie perdieron a su gran estrella, Derrick Rose. Los Sixers de Doug Collins serían derrotados por los Celtics en 7 partidos. Una gran actuación para un equipo sólido defensivamente y sacrificado, que sorprendió gratamente.
Con Bynum fuera toda la temporada, los puntales del equipo debían ser Jrue Holiday (All Star esta misma temporada) y Evan Turner (la última elección alta en el draft de la que ha dispuesto la franquicia). Sin embargo el equipo no ha podido realizar un buen año debido en gran medida a la ausencia del pívot de New Jersey.
¿En que pueden basar su futuro los Sixers?
Con Doug Collins fuera del equipo, el nombramiento de Sam Hinkie como nuevo General Manager de la franquicia y con la mas que probable marcha de Andrew Bynum sin haber llegado a debutar, los Sixers parece que abren una etapa de cambios. Lo único que parece claro es que el jugador referencia debe ser Jrue Holiday, ya que la evolución escasa de Evan Turner no otorga la suficiente confianza como para poder construir un proyecto ganador a su alrededor.

Estos son en teoría los jugadores mas interesantes de los 76ers. Partiendo de la base de Jrue Holiday como el único jugador intocable hay que construir. Y el próximo draft en el que Philadelphia tiene la elección número 11 a su disposición puede ser el comienzo.
Estos son los Sixers, una de las grandes franquicias de la historia de la NBA, casa de muchos de los mas grandes jugadores de la historia y poseedores de 3 anillos. “La ciudad del amor fraterno” merece un equipo a la altura de su historia y que no os quepa la menor duda, de que mas pronto que tarde se volverán a vivir noches gloriosas en la ciudad de Benjamin Franklin.