Hace pocos días se formó un debate en el grupo de Whatsapp que tenemos los redactores de NBA Destiny sobre LeBron James a raíz de las declaraciones de éste donde decía que de haber ganado el tercer anillo consecutivo con los Heat, es probable que su decisión de regresar a los Cavs hubiera cambiado, ya que la opción de quedarse en los Heat hubiera sido bastante plausible.
En el debate, que tuvo momentos con los ánimos bastante exaltados, saltaban palabras como 'chaquetero', 'cobarde', 'interesado', 'gilipollas', 'sinvergüenza', 'hater', etc.
Yo no participé en el debate pero me hizo pensar sobre la situación de LeBron James, su fichaje hace 4 años con los Heat y su regreso a los Cavs tras perder de manera contundente las finales a manos de los Spurs.
Pensé en situaciones pasadas en la NBA en la que un jugador había dejado un equipo para intentar buscar el anillo en otro lugar. Imaginé que en su momento, ese jugador fue tachado de traidor por sus fans pero si hacemos memoria, ningún jugador es recordado con la etiqueta de 'traidor' cuando repasamos sus carrera.
Recordé, por ejemplo, a Wilt Chamberlain. The Big Dipper dejó los San Francisco Warriors en 1964 por los Philadelphia 76ers para ganar su primer anillo en 1967, y luego dejó los Sixers para ir a los Lakers en 1968 para ganar su segundo anillo en 1972. ¿Se recuerda a Wilt Chamberlain como traidor o como el jugador de los 100 puntos en un partido capaz de los récords más inverosímiles en la historia de la NBA?.
Recordé a Moses Malone que tras llevar a los Rockets a las finales de 1981 y ser 2 veces MVP, dejó Houston para guiar a los Sixers a su último anillo en 1983 junto a Julius Erving. Malone jugó en 9 equipos en 22 años como profesional y ¿es recordado como un mercenario del baloncesto o como uno de los mejores pívots que ha conocido el baloncesto, una fiera en el rebote?.
Recordé a Clyde Drexler que tras 12 temporadas en Portland y 2 finales perdidas en 1990 y 92 se marchó a los Houston Rockets en 1995 para unirse a su antiguo compañero en la Universidad de Houston, Hakeem Olajuwon, y ganar el anillo en 1995 destruyendo a los Orlando Magic en la final. ¿Se recuerda a Drexler como un interesado o como aquel excepcional escolta que aunaba espectacularidad y efectividad como pocos?
Recordé un caso más reciente como Shaquille O'Neal que tras establecer una Dinastía en los Lakers con 3 anillos (2000, 01 y 02), marchó a los Heat ante la dificultad de coexistir con Kobe Bryant para ganar de nuevo el anillo en 2006 y luego ir cambiando de equipo para conseguir un quinto anillo porque se jugó en los Suns del MVP Steve Nash y Amar'e Stoudemire, en los Cavs de LeBron James y en los Celtics del Big Three. ¿Se recuerda a Shaq como un mercenario o como el mejor pívot del S. XXI?
Terminaré la lista con un jugador que aún no sabe si retirarse o seguir jugando: Ray Allen. El mejor tirador de 3 de la historia llegó a los Celtics donde ganó en anillo en 2008 y luego fue tachado de traidor en 2012 cuando marchó al enemigo de los de verde, los Heat, para ganar el anillo en 2013 gracias a su inolvidable triple en el sexto partido de la serie ante los Spurs. ¿Alguien se acuerda ya de la supuesta traición de Ray Allen a los Celtics?
En definitiva, que quería hacer especial hincapié en que cada jugador es libre de decidir qué hacer con su carrera en su beneficio económico y profesional. No todos puede ser como Kobe Bryant, Tim Duncan o Dirk Nowitzki fieles a una camiseta. Pese a que hoy las decisiones de LeBron James hayan parecido muy controvertidas para muchos fans de la NBA, seguro que cuando el jugador se retire, sólo se hablará de lo bueno que fue, lo mucho que se le echa de menos y de si merece entrar en el Olimpo de los grandes junto a Michael Jordan (¿recordáis cuando jugó en los Wizards?, ¿traicionó eso a la memoria de su carrera en los Bulls?), Kareem Abdul-Jabbar (¿alguien recuerda que en sus inicios en los Bucks ganó el anillo en 1971 y luego marchó a los Lakers), Bill Russell, Wilt Chamberlain, Magic Johnson, Larry Bird, etc.
Seamos positivos y quedémonos con lo bueno. Debatir y polemizar es lo que da la salsa a esta afición tan grande que tenemos por la NBA, pero no olvidemos que entre polemizar sobre gustos y convertirnos en 'haters', hay una línea divisoria muy fina.
Hagámoslo todo con buen rollo. Disfrutemos de la NBA.
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