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Igual que con motivo del All-Star os trajimos una serie de artículos denominados All-Star Memories donde repasábamos anécdotas o curiosidades de pasados All-Star con un tinte muy personal, el grupo de redactores de NBA Destiny os traemos la serie Draft Memories donde iremos recodando antiguas anécdotas personales o globales sucedidas en este proceso de reclutamiento de jugadores tan particular y habitual en el deporte profesional americano, y que tan extraño resulta en Europa hasta que el próximo 26 de Junio, se produzca oficialmente el Draft.
 
El primer capítulo de la serie va sobre el primer Draft del que tuvimos noticias en España: El Draft de 1988 y la gran lección que un servidor pudo extraer de él poco después.
 
Mi primer recuerdo del Draft es, como el de muchos españoles, gracias a Cerca de las Estrellas y a Ramón Trecet. En 1988 nació aquel inolvidable programa donde por primera vez escuché la palabra Draft. Trecet explicó, lo que todos sabemos, que es un sistema en el que los peores equipos tienen derecho a elegir a los mejores universitarios para así intentar igualar la competición.
 
Recuerdo perfectamente que aquel Draft lo ganaron Los Ángeles Clippers, que habían terminado la temporada con el peor récord de la liga. Me llamó la atención que conforme se sacó la tarjeta de los Clippers que confirmaba el #1, Elgin Baylor, entonces General Manager de los Clippers, se levantó lleno de alegría y enseñó a todo el mundo una camiseta de los Clippers con el nombre de Danny Manning detrás. No había duda, el alero de Kansas era el objeto de deseo de todos los equipos y los Clippers le iban a elegir.
 
Obviamente yo no tenía ni idea de quién era ese joven jugador.
 
Una vez terminada la temporada 87/88 con victoria de los Lakers sobre los Pistons por 4-3, Cerca de las Estrellas se quedó sin partidos y decidieron poner la final universitaria de aquel año que fue entre Kansas y Oklahoma. La final fue muy igualada y se la llevó Kansas, entrenada  por Larry Brown, en los minutos finales por 83-79. En Oklahoma jugaban Mookie Blaylock y Stacey King, pero todos hablaban de Danny Manning, que lideró a Kansas al campeonato y fue nombrado mejor jugador del torneo.
 
Por tanto la regla de tres estaba clara: si Danny Manning había sido elegido #1 del Draft y había ganado la NCAA con Kansas siendo el mejor jugador del año es que estaba llamado a ser el dominador del baloncesto los años siguientes… eso al menos pensaba yo.
 
El caso es que con Danny Manning en el equipo, los Clippers terminaron la temporada 88/89 como el tercer peor equipo de la liga, así que su impacto no fue el que yo podía imaginarme. Luego la carrera de Manning no es que fuera mala, pero tampoco fue la que yo al menos creía que iba a tener. Jugó 15 temporadas en la NBA, jugó los All-Star de 1993 y 94 y fue mejor sexto hombre en 1998. No está mal, pero tampoco una locura.
 
Y ahí es donde aprendí la mayor lección posible respecto al Draft que es que una cosa es la Universidad y otra son los profesionales. El Draft, nunca mejor dicho, es una lotería, donde puedes encontrar futuros grandísimos jugadores en segunda ronda como Manu Ginobili, Paul Millsap o Monta Ellis o infames #1’s como Michael Olowokandi (98), Kwame Brown (2001) o el pobre Greg Oden con sus lesiones (2007).
 
¿No os parece?
 
 
NBA Destiny, Where Amazing People Happens!
 

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