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Completísima victoria de Detroit Pistons por 107-97 que entierra de un soplo las 10 victorias consecutivas de Miami Heat con la que había conseguido distanciarse junto a Pacers, quien sabe si para siempre, del resto de equipos del Este. Magnífica encuentro de los de Maurice Cheeks que demostraron ser un conjunto más sólido a ambos lados de la cancha en el día de hoy, con un juego al poste granítico con el que superaron a unos Heat a medio camino entre la apatía y la sobreconfianza que supuso ganar la pasada noche con la gorra a los Bobcats. También condicionó notablemente la baja de Wade que, por precaución, descansó por unas molestias en la rodilla.

Ya desde el primer cuarto la disposición de ambos conjunto se hizo evidente. Detroit salió a buscar airadamente a su pareja de pívots que superaban con creces tanto en condiciones como en número el tan pobre como casi inexistente perfil interior de los Heat que tuvieron que modificar en numerosas ocasiones su estilo de juego ante el contrapuesto esquema baloncestístico que planteaba Cheeks. Y es que Detroit si por algo se caracteriza es por su purismo, es decir, por un estilo de juego muy marcado y definido basado fundamentalmente en el pick & roll sobre Monroe y Drummond y el encerramiento interior por banda en defensa. Así, aunque Miami se empecinó en darle una mayor alegría y velocidad al juego con pases largos y posesiones cortas, Detroit no se achantaba y no caía en la trampa de los de Florida. Ellos sabían que jugando al run & gun tenían todas las de perder. Hasta 8 pérdidas de balón acumuló Miami en su búsqueda de la identidad. Bueno, búsqueda y que salieron literalmente dormidos al AAA. En el primer cuarto sólo se salvaron Allen y Beasley saliendo ambos desde el banco, ante una mayor eficacia encestadora de Detroit con Monroe, Caldwell-Pope, Stuckey y Singler combinándose para firmar 19 puntos con un 8/10.

El segundo cuarto, Miami parecía continuar por la misma labor que les obligó la pasada noche a remontar sobre la bocina ante los vulnerables Bobcats. Las pérdidas de balón se sumaban solas, la falta de intensidad contagiaba a un AAA más apagado que de costumbre, y las aportaciones de banquillo iban perdiendo gas. De esta manera salió el superhéroe de turno, Lebron James, para salvar la honorabilidad de Miami que iban perdiendo a pasos agigantados con diferencias de hasta 18 puntos a poco de empezar la segunda manga. The King James sumó 14 puntazos durante estos 12 minutos con un 5/7 para mantenerse en el partido. Sólo Beasley, de nuevo, sería su compañero de baile, una nueva de versión de un Beasley que demuestra el talento que tiene este chaval cuando deja a un lado su idilio con la marihuana. El resto, deplorables, apenas 6 puntos entre Bosh, Chalmers, Allen, Lewis, Cole y Andersen con un 2/9. Para colmo, Miami se veía desbordada en la pintura con un Drummond imparable y un Josh Smith que cogió una racha buena desde la media distancia.

El tercer cuarto podemos catalogarlo de transición. El partido fue desenvolviéndose por los mismos lares con el destacable dato de que Detroit consiguió mantener similares diferencias sin Drummond en este parte del encuentro ante la habitual acumulación de faltas del sophomore. Así, les suplió una enrome efectividad exterior con Kyle Singler en 10 puntos y un 4/6 y un Brandon Jennings contundente en sus acciones y acompañada por una sostenida superioridad al poste con Monroe e internadas de Caldwell-Pope magníficas. Miami por su parte, aumenta la hasta entonces deplorable intensidad con apenas 3 pérdidas en este sector de partido, pero continuaba muy perdida en defensa donde encontraban la manera de frenar a los pívots y fallaban en la transiciones defensivas de Detroit. Sin duda, los Pistons supieron en todo momento aplicar el ritmo adecuado al juego aprovechando contraataques y frenando al rival cuando se desmelenaba.

Pero el empuje, la ira del campeón, la autoconfianza de quien gana casi cuando quiere, ayuda bastante en estas situaciones en las que el planteamiento táctico te ha dado la espalda. Así, y sin más dilación, los Heat con un quinteto sin Bosh ni Lebron supieron remontar el encuentro y recuperar la identidad de juego alegre y eléctrico que más le conviene a los de Florida. Detroit entró en un bucle de pérdidas, indecisión en ataque, y contraataques rivales que no supo parar durante un gran trecho de partido y que por poco les cuesta todo el buen trabajo realizado anteriormente. En estos momentos aparecieron Beasley que se erigió como líder ofensivo con 11 puntos en este cuarto, Andersen que por un momento supo frenar al muro Drummond y Cole, para mí la clave de la mejora de Miami, supo imprimir el ritmo exacto de juego con el que más disfrutan y que no habían instalado en ningún momento anterior del juego. Otro aspecto a destacar, fue los ajustes defensivos sobre los exteriores Stuckey o Jennings que se veían más incapacitados y enturbiados para mover la bola hacia el poste para así cortar de ráiz la fluidez ofensiva que habían manifestado los Pistons durante el encuentro. El problemas es que, quizás, estos ajustes llegaron tarde y a la mínima reacción de los de Michigan, a Miami se le escaparía el encuentro, cortando así una racha que probablemente alagaron demasiado por los méritos expuestos. Detroit demuestra que con trabajo y con los esquemas de juego bien claros pueden superar a la mayoría de equipos del Este.

Los mejores en Detroit Pistons fueron Andre Drummond, doble-doble de 10 puntos (4/7) y 18 rebotes, Greg Monroe con 16 puntos (8/10), 6 rebotes y 5 asistencias, Kyle Single con 18 puntos (6/10 en TC y 4/7 en 3T) y Rodney Stuckey con 16 puntos (4/9).


En Miami se salvaron Lebron James con 23 puntos (8/15 en TC y 2/5 en 3T), 5 rebotes, 6 asistencias y 6 pérdidas de balón, Michael Beasley con 23 puntos (9/16) y Chris Bosh con 14 puntos (5/11) y 6 rebotes. 

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