Los Clippers echaron a Vinny del Negro después de que el 'hermano pobre' de Los Ángeles viviera la mejor campaña de su historia con el primer título de la División Pacífico. EL problema fue que en playoffs los Clippers desperdiciaron una ventaja de 2-0 y cayeron a manos de unos Grizzlies mucho mejor armados en defensa. La directiva Clipper decidió dar un cambio drástico en el timón del vestuario firmando a un entrenador famoso por construir sus equipos a partir de la defensa, Glenn 'Doc' Rivers, así como poseedor de un carácter ganador capaz de manejar vestuarios sobrepoblados de estrellas.
Recién llegado, Rivers dijo que los Clippers habían demostrado al mundo del baloncesto que eran capaces de jugar bonito, que ahora lo que tenían que hacer era demostrar que eran capaces de ganar, y la plantilla compró el mensaje con Chris Paul y Blake Griffin a la cabeza.
El equipo se puso manos a la obra pero el trabajo defensivo no se está ratificando en la cancha. El quinteto titular de los Clippers (Paul, Redick, Dudley, Griffin y Jordan) es una auténtica calamidad en defensa ya que permiten al equipo rival 118.2 puntos cada 100 posesiones, números prohibitivos para un equipo que aspira a pelear el anillo. La defensa de los Clippers es la 21 en el ranking de la NBA en puntos permitidos por posesión, así que parece que Rivers tiene bastante trabajo por delante si quiere hacer de los Clippers un equipo efectivo además de vistoso.
Chris Paul lo tiene claro: "Tenemos que encontrar nuestra identidad defensiva. Eso comienza en el vestuario. Sabemos lo que tenemos que hacer. Sólo tenemos que ejecutarlo. Tenemos que dejar de hablar de ello y encontrar de una vez la manera de para a los rivales."
Para Blake Griffin: "Estamos teniendo entrenamientos realmente buenos donde hacemos cosas que no somos capaces de realizar luego en los partidos. Hemos fallado aunque espero que esa no sea la tónica habitual. Es muy frustrante. Es frustrante perder partidos de la manera que lo estamos haciendo. Hay que hacer algo diferente."
El entrenador Rivers opina que "aún no estamos donde quiero llegar. Estoy muy defraudado con nuestra defensa de la línea de 3 puntos. Tendremos que hacer nuevos ajustes. Creo que no jugamos los partidos con la suficiente fuerza. Estoy seguro que el equipo lo conseguirá. Aún es pronto."
Es pronto, pero hay que ponerse manos a la obra porque existe una máxima en el baloncesto que es que los ataques ganan los partidos, pero las defensas ganan los campeonatos, así que si los Clippers quieren ser considerados aspirantes serios al anillo, deben situar su defensa entre las 10 mejores de la liga, no la 21.
Huberto Meersmans
Twitter: @hubermeersmans
