"Michael
Carter-Williams será el ROY", "El base de los 76ers irá al
All-Star", "Llevará a la franquicia a los playoffs",
"Anillo para Philadelphia". Vale esto último me lo he inventado pero,
viendo la línea que está siguiendo el tono con el que se habla de los Sixers en general y de MCW en particular, no sería descabellado oírlo en las próximas
semanas. La NBA entera parece haber entrado en un estado de éxtasis motivado
por el brillante inicio de temporada del novato, por lo que parece necesario un
enfoque analítico alejado de las pasiones y euforia generalizada.
No
es de extrañar la sorpresa que han generado las primeras actuaciones del rookie
ya que, tras llegar con un buen cartel por su estancia en Syracuse (que se
diluyó un poco debido a su rendimiento en la March Madness) y ser seleccionado
en el puesto 11 por la franquicia de Philly, el base cuajó una mediocre Summer
League y más tarde una pretemporada similar. Estos son los números que lo
demuestran:
Summer
League:
13,6
pts, 27,1% TC, 15,8% TC3, 6,8 as, 4,2 reb, 2 rob y 4,8 pér en 31 minutos
Pretemporada:
9
pts, 32,8% TC, 29,6% TC3, 4,4 as, 4,7 reb, 2,1 rob y 1,4 pér en 28 minutos
Son
datos bastante pobres, todavía más teniendo en cuenta la cantidad de tiempo en
pista. La producción ofensiva, sin ser nada del otro mundo además llevaba
debajo del brazo unos porcentajes de acierto mínimo, y el apartado de pérdidas
preocupó mucho a la franquicia, pero por suerte Carter-Williams lo remedió en
pre-season. En lo positivo destacan aspectos que a priori se esperaban del
ex-orange por sus cualidades físicas (robos y rebotes gracias a su envergadura
en el primer caso y a su altura en el segundo) y su potencial (buena visión de
campo para encontrar a sus compañeros).
Si
echamos un vistazo a las estadísticas de otros jugadores drafteados este año y
que comparten posición con el de Philadelphia, como son Victor Oladipo, Trey
Burke y Dennis Schroeder, vemos que la evolución en los cuatro casos sigue una
línea similar: reducción de minutos de la Summer League a la pretemporada,
bajada en los puntos anotados, ligera mejora en cuanto mas porcentajes y un mejor
cuidado del balón.
Llegados
a este punto eliminamos de la comparativa tanto a Burke, por su lesión,
como a Schroeder, cuyo papel en las rotaciones tiene menos peso. Nos
quedan MCW y Oladipo, ambos novatos en franquicias en reconstrucción y que van
a jugar muchos minutos. Aquí están los números de éste último al finalizar el verano:
- 13,8
pts, 41,1% TC, 24,1% TC3, 4,6 as, 5,6 reb, 1,6 rob y 3,2 pér en 26,3 minutos
Comparándolos
con los que ha conseguido en sus primeros partidos oficiales en
Orlando, la progresión es totalmente natural: en apenas dos minutos más en
pista mantiene su anotación (13,7 ppp) y su porcentaje de acierto (43,8%),
mejora ligeramente desde la línea de tres (30%), coge un número similar de
rebotes y reparte prácticamente las mismas asistencias (5,2 rpp y 4 app). El
único aspecto en el que ha empeorado sensiblemente es en el de pérdidas,
llegando a 4,5 por partidos.
Mantiene,
pues, una trayectoria continuista, ligeramente al alza que podríamos definir
como “lo esperado”. Lo que nadie podía prever (reitero, nadie, por mucho que
algunos se quieran subir al carro) es la explosión que ha tenido
Carter-Williams: prácticamente ha duplicado sus puntos (20), ha subido su
acierto en tiros de campo hasta un aceptable 40% y, mientras que rebotea de una
manera similar (5 rpp), ha pasado a despachar 7,7 aasistencias y a robar 3,2 balones
por encuentro.
Para
hacernos una idea del nivel al que está jugando, lidera a los novatos en
puntos, asistencias, robos, tiros libres intentados y es tercero en rebotes.
Impresionante, ¿no? Sí, pero para valorarlo en su justa medida hay que tener
también en cuenta otros datos, como que es el rookie que más tiempo pasa en
pista (35,3 minutos, le sigue Nate Wolters con 31,7) o que es con diferencia el
que más tira a canasta, con 16 lanzamientos por partido (el segundo y el tercer
puesto lo ocupan Oladipo con 12 y Wolters con 10).
Y
si eso es respecto a los jugadores de su promoción, midiéndose con otros bases
consagrados de la liga la sorpresa es todavía mayor: está anotando más que Tony Parker, John Wall, Michael Conley o Kirie Irving; asistiendo al nivel de Deron
Williams y superando a point-guards como Calderón, el propio Parker, Ty Lawson o
Jrue Holiday, y roba los mismos balones que Chris Paul, con quien empata en el
segundo puesto de toda la NBA, solo por detrás de Ricky Rubio.
Los
números están ahí y, visto lo visto, parece que los que predicen premios y galardones
para el ex de Syracuse pueden tener razón pero, para ellos ahí va otra cifra
que todavía no se ha mencionado: 4. Es el número de partidos que MCW lleva a
jugados a este estratosférico nivel. La pregunta que hay que hacerse está
clara: ¿podrá mantenerlo los siguientes 78 partidos? Y ya puestos a filosofar,
¿le convendría a los Sixers? Pero ese es otro tema del que ya hablaremos en
otro momento.
Todos
los datos se han extraído de basketball.realgm.com y de stats.nba.com a
día 6/11/2013.
Mario
Herráez
Genial como siempre Mario, sí señor
ResponderEliminarLeyéndote hace ya un tiempo sobre MCW, ya me imaginaba que lo del base no era para tanto. Le seguí en pretemporada y le veo muy irregular. En temporada también lo es y lo será, pero el comienzo que ha tenido, y siendo un rookie como es, no se lo quita nadie, ni los antecedentes. Personalmente espero que mantenga el nivel, pero siempre es un gusto leerte para poner los pies en la tierra. ¡Fantástico artículo!
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