Todo el mundo me pregunta si este será mi año, si seré el líder... Aunque no lo haya logrado hasta ahora, no significa que no lo haya sido en absoluto. Solo he sido un chico tratando de conseguirlo. No hay una manera perfecta para convertirse en un líder, y llegando aquí como un niño de 19 años, con todo lo que tiene que cargar sobre sus hombros, es normal que haya una gran cantidad de altibajos. Se trata de ser mejor cada día y no tener miedo.
Estoy más que ilusionado con nuestros nuevos veteranos. Estoy muy emocionado desde el punto de vista de cómo va a ser el vestuario a partir de ahora y de cómo ser realmente un profesional. No estoy diciendo que los jugadores veteranos que teníamos no fueran profesionales, pero eran insuficientes. He cometido muchos errores porque he tenido que aprender por mi cuenta. Ahora será diferente.
Ahora, tenemos a chicos que han disputado muchos años en la liga, tipos que han ganado campeonatos y que han tenido que aceptar un rol menor por el bien del equipo. Eso es algo que admiro y que quiero aprender.
Tras haber firmado recientemente un contrato máximo de 90 millones de dólares durante las próximas cinco temporadas, es mucha la presión que recaerá en un jugador que, recordemos, apenas tiene 22 años. Irving tiene el talento para convertirse (si no lo es ya) en uno de los mejores bases de la NBA, aunque, y también es verdad, el grupo de jugadores que ha tenido a su alrededor en Cleveland, unido a los diversos problemas que han causado en el vestuario, ha dificultado mucho su éxito en la cancha.
Ahora, con el regreso de LeBron James y la más que probable llegada de Kevin Love, unido a la presencia de veteranos como Mike Miller y Shawn Marion, Irving se verá un poco más liberado de esa carga e intentará aprender al máximo una capacidad de liderazgo que ha sido muy criticada en el joven All-Star.
Durante la pasada campaña, Irving promedió 20.8 puntos, 3.6 rebotes y 6.1 asistencias en un total de 71 partidos de temporada regular.