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de la mañana, suena el timbre y se termina el recreo. Miras a tus amigos,
destrozados después del partido, cansados y enfadados después otra paliza por
parte de los del curso superior. Una sensación familiar, ¿eh? Pero aún así seguíais
retándolos, mañana tras mañana, esforzándoos al máximo para poder ganarlos alguna
vez. Y costó, vaya si costó, pero el día que no perdisteis, aquella única vez
en la que conseguisteis la victoria mereció la pena. Ese partido ganado fue
suficiente para que os sintierais orgullosos y os fuerais luciendo por ahí:
somos mejores que los mayores.
Por
desgracia eso es algo que no pueden decir en la NBA. La Asociación, que aboga
siempre por el cambio para mantener el interés de la afición, en ocasiones
acierta y en otras no. La transformación del partido de Rookies contra Sophomores
a Rising Stars Challenge en el All Star 2012 de Orlando se podría meter en el
segundo saco.
Teniendo
todos claro que ya hace años que la competitividad no hace acto de presencia en
el fin de semana de las estrellas, el partido de novatos contra jugadores de
segundo año era el que más se acercaba a ese concepto. Igual que todos nosotros
en el colegio, cada camada tenía la oportunidad de demostrar que era mejor que la
anterior o que la que le seguía no estaba a su altura.
Pero
eso se acabó, y en su lugar tenemos un vídeo en nba.com en el que vemos como Shaq
y Sir Charles eligen sus equipos formando a partir de dos generaciones. El
resultado ha sido una pérdida de la poca intensidad que pudiera llegar a ver.
¿Para qué? ¿Para defender los “colores” del Team Shaq? Mejor dejar pasillos
para que haya cuantos más alley-hoops mejor.
¿Y
qué hay del orgullo de clase? ¿Nadie se da cuenta de lo que nos estamos
perdiendo? Mirando la selección de este año, si el partido se realizase
conforme al antiguo formato sería impresionante ver un quinteto de sophomores
formado por Lillard, Waiters, Beal, Davis y Drummond. ¿Podrían los cachorros de
2013 evitar una masacre?
El
draft del pasado verano fue desdeñado desde el principio, tachado de flojo y
menospreciado en gran parte por culpa de una clase de 2014 que se presupone la
mejor desde la de 2003. ¿No sería eso motivación suficiente para que los ya
jugadores de segundo año salieran a dejarse la piel? ¿No haría las delicias de
todos los aficionados ver enfrente un equipo formado por Smart, Exum, Wiggins,
Parker y Embiid? Nunca lo sabremos.