Después del partido ante los Blazers, John Wall era todo
sonrisas mientras que su compañero de ‘backcourt’, Bradley Beal, era mucho más
expresivo y soltaba un espontáneo ‘finally’. La alegría era desbordante y es
que ninguno de los dos había conseguido situarse a nivel profesional en un balance
victorias-derrotas positivo. De hecho, los Wizards no lo conseguían desde el
día de Halloween del ya lejano 2009 cuando Gilbert Arenas, Antawn Jamison y
Caron Butler aún capitaneaban la nave, pero para encontrar un récord positivo tan entrada la temporada habría que remontarse a la 07/08. Muy, muy lejano.
Esta vez, ante los Blazers, enfrentaban la octava posibilidad
de la temporada para conseguir tal hito, y por fin consiguieron cumplir dejando atrás el bloqueo mental que les había perseguido insistentemente en las anteriores citas. Atrás
han dejado 355 partidos consecutivos en los que la columna de derrotas era
igual o mayor a la de victorias, y ahora dejan el honor a los Milwaukee Bucks,
solo que con 62 partidos consecutivos están muy lejos de las cifras que han
dejado atrás los Wizards. (ESPN.com)
Seguramente hayan conseguido quitarse una pesada carga de
encima, pero los retos que ahora vislumbran van mucho más allá de esta 'banalidad',
y quizás la clave de todo sea el cómo han conseguido auparse a un balance
positivo ya que para ello debieron vencer primero a unos Thunder que estaban
probablemente en su mejor momento de la temporada, y a continuación, a unos
Blazers que poco a poco van aterrizando al nivel que todos esperaban antes del
inicio de la temporada. Recientemente también habían dado pistas dejado a los Warriors en 85 puntos, a los Suns en 95 o a los propios Heat en 97. Era cuestión de tiempo.
Los cambios
En los últimos diez partidos los Wizards han adoptado una
seña de identidad consistente en aplicar su capacidad atlética en la primera
línea defensiva para forzar a sus rivales a una mayor cantidad de pérdidas de
balón –han forzado 16.8 por partido, #5posición– y peores porcentajes desde la
línea de tres –han permitido un 32.6%, #7 posición– que les ha llevado a
convertirse en la segunda mejor defensa de la competición en ese intervalo.
Esa primera línea defensiva en el backcourt corre por cuenta
y riesgo de John Wall y Bradley Beal, que si bien la combinación de ambos
durante toda la temporada permitía a los rivales irse a los 104.5 puntos por
100 posesiones, en los últimos diez partidos esos guarismos han bajado de
manera radical hasta los 96.8 puntos ajustados a las ‘famosas’ 100 posesiones. Esa
mejora propicia una mayor confianza para todo el quinteto, ya que a nadie se le
escapa que esa pareja necesitaba dar un paso al frente en ese apartado si no
querían comprometer el anhelado equilibrio defensa-ataque.
Teniendo en cuenta toda la temporada, con Wall y Beal en
pista los Wizards han anotado 106.5 puntos por 100 posesiones, mientras que sin
ninguno de los dos esa cifra caía hasta los 94.3 puntos. Simplificando, sin
ellos no son ‘nadie’ en el apartado ofensivo, pero a la vez eran más
vulnerables en defensa. Una vez solventada esa debilidad carburan mucho mejor,
y por si había dudas en cuanto a la selección de John Wall como All Star,
destacar que él es el principal valedor de esa mejora, de hecho, sin Wall en pista
pero con Beal esa eficiencia defensiva desaparece permitiendo 119.9 puntos ajustados,
o lo que es lo mismo, la peor defensa imaginable. ¿Quizás no tenga tanto que
ver con Wall como con sus suplente? Quizás, pero las estadísticas reflejan que
si invertimos la situación, Wall en pista y Beal fuera, nos deja una defensa de
élite con 94.6 puntos.
¿Es el éxito sostenible en el tiempo?
Los Rockets representan el paradigma actual de la NBA, donde
su ataque olvida la media distancia y centra todos sus esfuerzos en bombardear desde
la distancia y atacar el aro con ferocidad. Esa religión cada vez tiene más
adeptos, mientras que los Wizards quedan lejos de esa situación centrando sus
ataques en la media distancia. Solo los Blazers intentan más tiros desde la
media distancia que los capitalinos mientras que se sitúan los #11 por la cola
en tiros dentro de la ‘restricted area’, #24 desde el triple que no sea en las
esquinas, aunque lo compensan siendo los #7 que más utilizan las cada vez más valiosas
esquinas.
Este tipo de ataque es difícil de sostener en el tiempo, y
para muestra están los Blazers que comenzaron la temporada tocados por una
varita mágica, pero que poco a poco ven caer esa producción. Por tanto, una vez
identificada la problemática, para conseguir una evolución sostenible deberían
de cambiar parte de su libro de jugadas.
Distribución en los tiros de John Wall (NBA.com) |
Pero parte de esos tiros desde la media distancia vienen
determinados por su jugador franquicia, que ha identificado la posición del
codo de la zona derecho como uno de sus puntos fetiches. De hecho, muchos de
los tiros desde las esquinas vienen determinados por una asistencia del genial
base una vez que éste inicia la penetración y la defensa se colapsa, siendo la
mejor alternativa doblar el balón tal y como se muestra en este vídeoextraído de su último partido ante los Thunder.
Por tanto, en primer lugar esa distribución en los tiros del
equipo debería fomentar una mayor producción dentro de la ‘restricted area’,
zonas en las que Marcin Gortat y Nene Hilario deberían poder marcar su ley.
Pero por el momento el acierto del equipo ahí dentro se encuentra en la media
cuando en principio cuentan con un juego interior muy por encima de la media de
su propia conferencia, y además de con jugadores capaces de llegar al aro.
Fantástico artículo. Siempre he sido muy de los Wizards, y creo que pueden dar guerra en los playoffs.
ResponderEliminar¡Muchas gracias por el piropo! Se agradece, del mismo modo que se agradecerían críticas constructivas y cualquier tipo de opinión relacionada con el tema tratado :)
ResponderEliminar