En la NBA, detrás de toda franquicia y deportista en sí, hay
un mundo de manías y supersticiones de lo más variopinto. Todos hemos visto, al
menos una vez, a un jugador hacer algún tipo de ritual antes de saltar a la
cancha o recitar una frase a la hora de lanzar tiros libres. Ya incluso ni nos
sorprenden las peculiares manías que puede llegar a tener cualquier deportista
de élite.
En este sentido, la paupérrima temporada que estaban
realizando (hasta finales de año) los New York Knicks y los Brooklyn Nets les
ha hecho coincidir en algo una vez más. Y sí señores, os hablo de la
superstición.
A comienzos de diciembre, los Knicks marchaban con un balance
de 0/7 en casa. Su juego era un desastre
y la lluvia de críticas no cesaba en el seno del club de la Gran Manzana. Pues
bien, incomprensiblemente para algunos, la franquicia decidió echar balones
fuera y alegaron que la culpa de su mal rendimiento era causa de una equipación
de color naranja que habían estrenado en la noche de Halloween. Desde entonces
no han vuelto a jugar con ella.
Sinceramente, dudo mucho de que el color de la camiseta
influya en el juego de un equipo. Suena bastante absurdo. Pero lo que es cierto
es que desde entonces la imagen de los Knicks empezó a cambiar, hasta dar sus
frutos en este nuevo año 2014. Y eso es así, en lo que llevamos de año los de
Woodson han disputado 6 partidos, con un balance de 5 victorias y 1 derrota. Y
además, están a tan solo un triunfo del PO. Creamos en supersticiones o no, la
excusa les ha salido bastante bien.
Por otra parte, en la misma ciudad y a tan solo unas paradas
en metro, concretamente en el barrio de Brooklyn, se encuentran los Nets.
Siguiendo en la misma línea que su eterno enemigo, la franquicia del
multimillonario Mijaíl Prójorov vagaba, durante los meses de noviembre y diciembre, por las
profundidades de la conferencia Este. Además, la cabeza de su entrenador, Jason
Kidd, parecía tener ya la fecha de caducidad a punto de cumplir. Sin
embargo, tras perder en la noche de fin de año frente a los Spurs, y también
por superstición, Kidd apareció el día 2 de enero en el Chesapeake Arena de Oklahoma sin corbata y su
equipo logró la victoria frente a los Thunder. Desde aquel día, 5
victorias en los últimos 6 encuentros disputados (incluyendo
el de Oklahoma) en lo que va de 2014 con el ex jugador ‘descorbatado’, e
incluso han logrado colarse entre los 8 mejores. Un nuevo paralelismo entre los
dos equipos de Nueva York. Sea como fuere, Jason Kidd ya puede respirar
tranquilo. Parece que el nudo de la corbata le molestaba.
Nadie averiguará nunca
si esto en realidad ha sido cuestión de superstición o pura casualidad. Ni
tampoco aún podemos saber si la racha se prolongará durante mucho tiempo. Pero
ojalá que sea así, por el disfrute de todos. Crucemos los dedos.
@cr23lopez
Genial, como siempre, sigue así.
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