Como cada año, el campeón de la NBA visita la Casa Blanca para brindarle el campeonato al presidente de Estados Unidos. En la tarde del martes, por segundo año consecutivo, les toco a los jugadores de los Miami Heat visitar al presidente Barack Obama y brindarle el tercer anillo de la franquicia.
El acto apenas duró veinte minutos en los que el presidente estadounidense destacó lo importante de ganar un segundo anillo consecutivo, y sobre todo de la manera en la que los Heat consiguieron hacerlo. Obama tuvo tiempo para bromear con Ray Allen, con su triple en el sexto partido de Las Finales, con Chris Andersen y sus tatuajes, y se guardó su mejor broma para Mario Chalmers.
"Creo que deberíamos hacer una foto, pero vamos a hacerla rápido antes de que empiecen a gritarle a Mario (Chalmers)", dijo Obama bromeando con el base de Miami Heat.
Un regalo habitual de cada equipo que pasa por la Casa Blanca es una camiseta con el nombre del presidente y su número preferido. Pues los Heat fueron un poco más allá y le regalaron una camiseta con el apodo de "Potus" y el número 44.
Tuvieron tiempo también para hablar con Michelle Obama, primera dama de Estaodos Unidos, con quien mantuvieron una reunión alrededor de concienciar a la gente para hacer deporte y vivir una vida sana.
Los Heat aprovecharon que en la noche del miércoles se ven las caras con Washington Wizards, en la capital de Estados Unidos para visitar a Obama. Ahora están inmersos en algo más complicado todavía, volver el año que viene con el "Three Peat" en la mochila.
Anastasio Rios
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