No me gustan hacer debates o artículos de
opinión personal cuando unos días más tarde esa opinión expuesta me la
pueda comer ante la falta de información que a veces un aficionado de a
pie tiene consigo. Por ello, aunque tenía mis opiniones íntimas, he
preferido que una vez terminada la temporada de los Chicago Bulls ya va
siendo hora de hablar un poco del tema Rose y de esa delgada línea que
muchas veces separa la prudencia ante la posible recaída de una lesión
tan grave como la que ha sufrido el base de los Bulls y el
antiprofesionalismo (palabra inventada por mí), termino al que me
refiero cuando veo a unos Chicago Bulls inmersos en una placa de
lesiones, cuando los pocos jugadores que actúan en cancha se dejan hasta
la última gota de sudor para intentar rascar un punto más en cada
serie, y se dejan el alma para exponer al máximo su superlativa
competitividad y el ferviente deseo por volver a dar una alegría a sus
aficionados.
Y todo ello mientras Derrick Rose, la supuesta máxima estrella del equipo,
llega partido tras partido de cuerpo presente en traje y corbata y sin
la más mínima sensación de autocrítica hacia el enorme marrón que deja a
sus compañeros y a todo el cuerpo técnico, y lo que es peor, enviando
falsas esperanzas a sus aficionados cuando día tras día no dejaba nada
en claro sobre su posible vuelta al juego.
¿No hubiera sido más fácil
haber dejado claro desde el primer día que no volvería en el presente
curso? De esta forma no hubiera mareado la perdiz, habría ayudado a que
sus compañeros se centraran exclusivamente en los partidos sin pensar en
que Rose pudiera volver en algún momento, y hasta hubiera podido
provocar una sensación de éxtasis entre sus aficionados si finalmente
cambiase de opinión y le diese por volver.
En
fin, si a mí me ha provocado indignación cuando le veía en la serie
contra Miami mientras sus compañeros se veían impotentes de ganar al
actual campeón de la NBA, no me quiero ni imaginar como se habrán
sentido aquellos seguidores que se desplazan al United Center en cada
partido y que le ven calentando y hasta haciendo mates en algunas
ocasiones.
Todo ello, en una temporada en la que
antagónicamente a lo sucedido con Rose, el mérito con el que ha jugado
el equipo a lo largo del curso y los resultados cosechados por el equipo
de Thibodeau han sido sencillamente espectaculares. Sólo los más
optimistas (entre ellos yo, debo reconocer) pensaban en el mes de
octubre que estos Bulls podían meterse sin apuros en Play-Offs.
No sólo
lo consiguieron sino que hubo un alto grado de compromiso del conjunto
en general, jugando en equipo tal y como muchos querían, una
concentración defensiva que muy pocos han sabido mantener y
repartiéndose la producción anotadora entre aquellos que saben meterla. Además
jugadores que antes jugaban al servicio de Rose y yacían a la sombra
del MVP del 2011, ahora se han destapado como jugadores muy válidos en
la construcción de un equipo competitivo y ganador. De ahí el All-Star
con el que se premió a un Joakim Noah que se ha destapado como un enorme
defensor capaz de dar el 200% en cada partido y peleando cada posesión y
rebote en el consiguiente servicio al proyecto defensivo de Thibodeau.
Luol Deng ha mantenido su habitual constancia en todos los aspectos del
juego mostrándose como un jugador muy confiable, Nate Robinson vive una
segunda juventud mostrando todo su carisma a la hora de anotar aportando
un poco de locura al estricto esquema de Thibodeau, Jimmy Butler,
invento del propio Thibodeau, se ha consagrado como un defensor muy
cumplidor, y Belinelli deja su sello desde el tiro exterior. Sólo Boozer
me ha decepcionado en parte durante los Play-Offs, más aún cuando en RS
había mejorado considerablemente su nivel recordándonos al de Utah,
pero su labor en postemporada a decir verdad ha disminuido conforme el
equipo más lo necesitaba dejándonos claro que nunca será el líder de
estos Bulls como muchos le atribuían este curso mientras Rose se
mantuviera en la enfermería. La realidad es que la plaga de lesiones que
desoló al conjunto de Chicago ha ayudado a mejorar la opinión general
sobre muchos de los jugadores secundarios del equipo.
Sin duda estos
Bulls han sido de sobresaliente en la forma en la que ha podido superar
los problemas que les han ido surgiendo día a día.
Para colmo, y volviendo al tema Rose, el
nivel que desplegará en su juego después de la lesión con respecto al
próximo curso sigue siendo una incógnita pues por mucho entrenamiento
que realices, el verdadero nivel de un jugador no se sabe a ciencia
cierta hasta el momento en que te enfrentas a un equipo rival en un
partido oficial. Esto provoca que los Bulls tengan dudas a la hora de
planificar la próxima temporada pues existen dudas evidentes sobre si se
podrá contar con Rose la temporada que viene como estrella natural del
equipo como lo era anteriormente o como un jugador más de equipo. Sólo
el tiempo lo dirá y si Rose quiere, claro.
Al
margen de Rose, el verano se vecina movidito en la ciudad más
importante de Illinois, pues hasta 5 jugadores serán agentes libres este
verano (Belinelli, Nate Robinson, Mohammed, Radmanovic y Cook) y otros 3
acaban contrato el próximo curso (RIP Hamilton, con una claúsula que al
equipo le permite desvincularse de él, Luol Deng y Hinrich). Sólo Rose,
Boozer (al que yo me plantearía traspasar), Noah, Taj Gibson, Jimmy
Butler y Marquis Teague están asegurados bajo contrato a medio-largo
plazo, este última bajo una Team Option de Rookie a partir de la
2014/2015.
Con respecto a los agentes libres sólo haría ofertas a
Belinelli y Robinson, ambos han demostrado ser muy válidos para el
equipo, incluso con Rose ambos podrán compaginarse en la posición de
escolta. A Mohammed le haría una oferta en caso de que necesite rellenar
la pintura, Radmanovic mucho está tardando en volver a Europa y Cook
tendrá que buscarse nuevo destino. A Luol Deng lo renovaría ya mismo si
pudiera y a Hinrich ante la duda, creo que deberían esperar unos meses.
Contando todas estas renovaciones y ofertas a FA, no vería mal la
posibilidad de traspasar a Boozer, aunque me parece improbable, por ¿Pau
Gasol?, ¿Josh Smith?... y rellenar un fondo de armario falto de
calidad y de variedad, por lo menos bajo el punto de vista de
Thibodeau.
Como conclusión, mucho movimiento a
realizar en Chicago que deben ir dirigidos a intentar mantener el bloque
con el que han peleado hasta el último día en PO, e intentar realizar
algunos retoques desde el banco, sin menospreciar la posibilidad de
traspasar a un peso pesado como Boozer.
Twitter: @jjuanma16