Después de que los Chicago Bulls decidieron utilizar la cláusula de amnistía sobre Carlos Boozer durante la temporada baja, el veterano ala-pívot afrontaba un futuro repleto de incertidumbre. Finalmente, y tras el habitual proceso de subasta, los Lakers se hicieron con los servicios del jugador por 3.5 millones de dólares, sumidos en la sorpresa de la inesperada firma.
En Los Ángeles, la llegada Boozer parecía venir de perlas para cubrir una posición muy debilitada tras la salida de Pau Gasol, curiosamente, a La Ciudad del Viento. Sin embargo, muchos se han preguntado durante todo este tiempo, si el dos veces All-Star (en 2007 y 2008), estará a la altura de las expectativas tras una decepcionante temporada en Chicago.
Carlos Boozer, sin embargo, piensa que estas declaraciones son prematuras y que está preparado para acallar a quienes dudan de él.
La gente piensa que no me queda juego en el depósito. Pero creo que todavía tengo el depósito lleno y mucho que demostrar ahí fuera.
Realmente, Los Ángeles ha sido uno de los mejores destinos que le podían deparar a Boozer. En una franquicia que navega, hoy en día, a la deriva, el jugador se postula como ala-pívot titular y uno de los principales referentes ofensivos junto a Kobe Bryant y Jeremy Lin. Solo una hipotética (y prematura) explosión de Julius Randle podría separarlo, en un principio, del quinteto inicial.
En 28 minutos por partido durante la temporada pasada, Carlos Boozer promedió 13.7 puntos y 8.3 rebotes. Unos números sólidos, pero que sitúan lejos de su verdadero nivel. En Los Ángeles necesitan al mejor Boozer para intentar evitar otro año que, a priori, se presenta aciago.
