El impacto que está teniendo Josh Smith en los Detroit Pistons está siendo muy inferior al soñado por los fans de los Bad Boys. El que fuera uno de los principales fichajes de este verano, apenas ha aportado nada a su equipo y la guinda sucedió en el último encuentro disputado por los Pistons cuando tras 18 minutos de juego, Maurice Cheeks decidió sentar el resto del partido a su supuesto jugador estrella.
Tras el partido, los periodistas preguntaron a Cheeks por este inusual gesto, y éste respondió que "esto no ha sido un mensaje, para nada. Sólo intentaba buscar soluciones para ganar el partido. Esto no se trata de mandar mensajes."
Josh Smith se limitó a decir a los micrófonos que "uno no puede obsesionarse con las decisiones de los que están por encima de uno. Sólo puedo tratar de ajustarme a lo que sucede. Desde que llegué a la liga, es lo que he estado intentando hacer."
El alero todoterreno de los Pistons continuó diciendo que "no soy un jugador egoísta por lo que no voy a salir y a pedir que las jugadas se preparen para mí. Sólo me limito a estar ahí y ver cómo se desarrolla el partido para hacer que se adapte mi juego y así pueda rendir. Creo que puedo ser efectivo ofensivamente pero, ya sabéis, también puede ser la noche de otro. Nunca sabes qué pasará. No puedo pensar en las cosas que se escapan a mi control."
No sé que os parece esta última situación creada entre Cheeks y Smith pero parece que la química que debía generarse en estos ilusionantes Pistons no termina de funcionar.
Crisis a la vista.
Huberto Meersmans
Twitter: @hubermeersmans