Uno de los fichajes más sonados de este verano, junto al de Dwight Howard por Houston Rockets y Andre Iguodala por Golden State Warriors, ha sido el de Greg Oden por Miami Heat. Sin embargo, la relevancia de este es muy dispar en comparación con el resto. En la mayoría de los casos, un fichaje destaca por la importancia del jugador en la liga o por lo que dicho atleta le va aportar a su nuevo equipo. Pero en este caso, la incorporación del pívot no despunta por ninguna de esas dos cuestiones.

La historia de Greg Oden como jugador de la NBA es toda una Odisea. El número 1 del draft de 2007 estaba predestinado a dominar las zonas de la mejor liga del mundo. Físico y talento le sobraban. En cambio, con lo que nadie contaba era con que sus rodillas de cristal iban a lastrar su sueño de convertirse en una superestrella, y por qué no decirlo, también acabó con la esperanza de muchos aficionados de los Blazers de ver triunfar su nuevo proyecto deportivo. Solo pudo disputar 82 partidos con la camiseta de Portland, con medias de 9,4 puntos, 7,3 rebotes y 1,4 tapones. Ahora, tras cuatro años en el dique seco, Oden quiere volver a sentirse jugador de baloncesto. ¿Y dónde para hacerlo que con los actuales campeones?
Eso sí, que nadie espere que el pivot de Buffalo (Nueva York) regrese a las pistas jugando 25 minutos por partido. Está claro que no. Ni tampoco esperéis que haga números de ‘all star’. Oden llega a Miami para aportar lo único que le faltó la pasada campaña, intimidación bajo los aros. Su misión principal será cubrir a jugadores como Roy Hibbert e impedir que campe a sus anchas por la zona de los de Florida, como ya hiciera en las pasadas finales de conferencia. Seguramente sus minutos en pista serán muy limitados, y podemos prever que en muchas ocasiones no se contará con él para partidos en noches consecutivas. Ha tenido una larguísima recuperación y su cuerpo ya no es el que era, a pesar de tener tan solo 25 años. Ya el propio jugador admitió que a pesar de su juventud, tiene el “cuerpo de un viejo”.
De lo que estoy seguro es de que todo lo que pueda aportar será positivo, puesto que las expectativas no están muy altas. Ha firmado por el mínimo con Miami, pero espera dar el máximo (que su físico le permita). A mi parecer, Miami ha hecho una apuesta casi “segura”. Si aporta bienvenido sea, y si no tampoco perderá mucho. Esta posiblemente sea la última oportunidad que tenga de triunfar. El último tren que le lleve a las hemerotecas de la historia de la NBA. Oden ha logrado subirse, pero está por ver que llegue o no a su destino.
Cristian López Ramírez
Twitter: @cr23lopez