Hoy me he despertado con la noticia de que los Sacramento Kings retirarán el número de Peja Stojakovic el próximo 16 de diciembre antes del partido frente a Ocklahoma City Thunder, y no he podido evitar acordarme de la primera vez que le vi jugar.
Fue en la temporada 1998/99, su año rookie. Los Kings estaban jugando en Houston en un partido con tantos alicientes que era difícil perderse un solo minuto del mismo. Los Kings de Jason Williams, Chris Webber y Vlade Divac se enfrentaban a aquellos Rockets en los que estaban Scottie Pippen, Charles Barkley y Hakeem Olajuwon entre otros. Casi nada.
Curiosamente lo que se me quedó grabado de aquel partido no fue ninguna jugada de todas esas leyendas de la liga, ni siquiera recuerdo quién ganó aquel partido ni mucho menos la fecha exacta del mismo. Lo que se me quedó en la memoria fue cuando salió a la cancha mediado el último cuarto un alero de 21 años y 2.08 de estatura, de nombre Predrag Stojakovic, que en poco menos de dos minutos enchufó dos triples limpios de esos que casi no tocan ni la red. Menuda 'pinta' tenía ese chaval.
Pronto empezaríamos a llamarle 'Peja', aunque en España le conocíamos como 'American Graffiti' gracias al gran Andrés Montes.
Se convirtió en uno de los mejores anotadores de aquellos primeros años del siglo XXI, gracias a su espectacular tiro exterior y a esa capacidad para hacer que pareciera sencillo anotar más de 20 puntos por partido en la mejor liga del mundo. No era un gran atleta, ni era especialmente habilidoso con el balón en las manos, simplemente sabía justo qué había que hacer para que el balón naranja pasara por el aro, a poder ser, de la forma más sencilla posible. Algo que parecía no encajar con el estilo de aquellos Kings que te hacían saltar del sofá con pases por detrás de la espalda, contraataques fugaces y un movimiento del balón que volvía locas a las defensas rivales.
Como en esos matrimonios que duran años y años a pesar de que sus miembros no tienen nada en común, el juego del yugoslavo se convirtió en el complemento perfecto para aquellos Kings, siendo como un martillo pilón que anotaba y anotaba, aportando esa realidad que toda fantasía necesita. Poniendo los pies en el suelo cuando empezamos a volar por las nubes.
Su mejor temporada fue la 2003/2004, en la que aprovechó la lesión de Webber para convertirse en el jugador franquicia y liderar a los californianos con 24,2 puntos y 6,3 rebotes por partido, con un 43,3 % en tiros de tres.
Tras ocho temporadas en Sacramento, la marcha de su amigo Divac, sumado a su mala relación con Webber y la sensación que tenía de sentirse poco valorado por la directiva de los Kings, desembocó en un traspaso por el cual llegó a Indiana.
La temporada siguiente, la 2006/07, firmaría como agente libre por los New Orleans Hornets, pero esa misma temporada una lesión de espalda le tuvo en el dique seco, dejándole disputar sólo 13 partidos. En las temporadas siguientes su nivel fue bajando progresivamente aunque seguía dejando destellos de su enorme talento.
Después, en 2011, pasaría fugazmente por Toronto Raptors para acabar su carrera en los Dallas Mavericks, con quienes contribuyó decisivamente a la eliminación de L.A. Lakers (4-0 en dichas semifinales de Conferencia Oeste), saliendo desde el banquillo y aportando 21 puntos, con 6 triples anotados sin fallo, además de un 100% también en tiros libres. El 12 de junio de 2011, tres días después de cumplir los 34 años de edad y tras trece temporadas completas en la NBA, Stojakovic logró por fin proclamarse Campeón de la NBA, obteniendo el ansiado anillo ante los Miami Heat.
En diciembre de 2011 anuncia su retirada como profesional, debido principalmente a las lesiones, ya que arrastraba problemas en la espalda y el cuello.
En total jugó en la NBA 13 temporadas, con unos promedios de 17 puntos y 4,7 rebotes con un 45 % en tiros de campo, un 40,1 % en triples y un 89,5 % en tiros libres. Fue tres veces All Star (2002, 2003 y 2004), miembro del segundo mejor equipo de la NBA en la temporada 2003/04 y campeón en 2011.
Hoy los Sacramento Kings muestran respeto por el que defendiera sus colores con el número 16. Hoy le prometen a 'American Graffiti' que cualquiera que acuda al Sleep Train Arena y mire al techo verá colgando del mismo su camiseta. Hoy a Peja Stojakovic le han otorgado su merecido rinconcito en el olimpo de la NBA.