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Nombre: Dario Saric
Fecha de nacimiento: 8 de abril de 1994
Lugar de nacimiento: Sibenik (Croacia)
Posición: Power-Forward
Altura y peso: 2’08 metros – 104 kg
Equipo: KK Cibona
Promedios temporada 2013/14 (Adriatic League): 16’7 puntos, 9’7 rebotes, 3’2 asistencias, 1’3 robos, 32’9 mins. (55’1% TC)

Predicción Draft: Top 9-15
Singular, único, especial, son tantos los adjetivos que le podemos atribuir al croata como las cualidades que demuestra sobre la cancha. Catalogado como la mayor promesa del viejo continente en el último lustro, ha decidido por fin inscribir su nombre en el Draft, pero con la incógnita de si dar el salto o no. Si bien fichar por un equipo de primer nivel europeo parece la primera opción, un diamante como él no tardará mucho en salir a darle la mano a Adam Silver.

¿Por qué es especial? Porque lo puede hacer todo y bien. Un auténtico ‘all-around player’, un todoterreno capaz de compensar su falta de atletismo con una movilidad y agilidad para su altura envidiable. Capaz de maximizar sus virtudes, es su forma de leer el juego la que le erige diferencial, así como sus recursos en ataque. Jugador mprevisible, que sin doctorarse en nada es tanto un buen finalizador en las cercanías del aro como un efectivo tirador de media distancia. Sin ser un especialista, es fiable, manifestando una esperanzadora mejora en este apartado año tras año.
Su polivalencia y IQ baloncestístico equilibran sus dificultades para jugar de espaldas al aro. Unas complicaciones que vienen dadas por su falta de potencia física, pero cuya sobriedad para revolverse y buscar el medio gancho (a tabla) le hacen competitivo tenga quien tenga delante. Saca partido de su pasado como ‘point-forward’, mostrándose siempre como una amenaza de cara al aro tanto para entrar a canasta como para centrar en él la defensa y buscar al compañero mejor colocado. Una visión de juego y un manejo de balón impropios para un jugador de su perfil, que lo convierten en un incordio para una defensa que condiciona tan sólo con su presencia, pero sobre todo, con un movimiento sin balón sobresaliente.


A raíz de lo último, es precisamente su constante actividad en la cancha lo que revaloriza su figura. Un auténtico motor, incansable y omnipresente con lo que hace gala de una capacidad reboteadora que se erige como uno de sus mejores atributos. No teme al choque, se posiciona bien y sabe anticiparse a su defensor, sobre todo ante los que son superiores físicamente.
En la defensa es donde llegan las dudas. Es intenso y sacrificado, pero su falta de fuerza le hace sufrir bajo los aros, así como su mediocre movimiento lateral, que si bien a nivel europeo no se presenta como un gran problema, en la NBA puede acrecentarse. Su gran interpretación del juego es su mejor arma, tanto en líneas de pase como en tareas de ayudas y anticipación.
No tiene techo, tanto por su talento como por su margen de mejora. El nuevo hijo pródigo de Sibenik tiene todo para triunfar, pero serán su cabeza y su físico la que determinen si de verdad está preparado para coger el testigo que dejó Petrovic. Su sombra es alargada, pero sí con apenas 20 años ya se codea como un líder entre los mayores, bien se podría decir que lo mejor está por llegar.

Análisis realizado por Nacho Juan. Twitter: @NachoJuanRules

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