Esta noche dan comienzo las Finales de la NBA que enfrentarán, por segundo año consecutivo, a Miami Heat y a San Antonio Spurs. Por su parte, la estrella del combinado de Florida, afronta el último paso para lograr su tercer título consecutivo con los Heat. A pesar de haber logrado el anillo de Campeón de la NBA durante las dos pasadas temporadas, Lebron continúa manteniendo intacta el mismo hambre por ganar que presentaba cuando recaló en la liga, hace ya 11 años.
Yo era un niño que vio muchas Finales de la NBA. Vi a Michael Jordan. Vi a Shaq y a Kobe y las clásicas finales de Magic, Bird, Isiah y Hakeem. Solo deseaba poder llegar algún día a su altura y formar parte de ello. Mi sueño era disputar unas Finales de la NBA. Por eso, yo no necesito una motivación extra. Estar aquí ya me motiva lo suficiente.
Tras siete temporadas en Cleveland, cinco de ellas consiguiendo el logro de la clasificación para Playoffs, donde no pudo lograr el ansiado anillo, llegando a perder unas Finales de la NBA en 2007 (precisamente ante San Antonio), Lebron puso rumbo a Miami, donde las cosas no podrían haberle ido mejor junto a Dwayne Wade y Chris Bosh. El alero, de 29 años, ha logrado dos trofeos MVP y dos anillos de campeón, desde que llegará al equipo dirigido por Erik Spoelstra allá por 2010. Ahora, Lebron afronta sus cuartas Finales de la NBA consecutivas, en unos Playoffs donde está promediando unos sobresalientes 27.1 puntos, 6.8 rebotes , 5 asistencias y 1.8 robos por partido.
Su impacto y rendimiento en el juego es tan grande, que el entrenador de Indiana Pacers, Frank Vogel, tras caer eliminado en las Finales de la Conferencia Este declaró: "Estamos compitiendo contra el Michael Jordan de nuestra era y los Chicago Bulls de nuestra era."
Por su parte, Lebron James no ha querido entrar en el cada vez más existente debate y ha querido mostrar su admiración por Jordan.
Obviamente, en ojos de todos, Michael Jordan es el mejor jugador que jamás haya estado en la NBA. Que me comparen con él significa que he hecho las cosas bien hasta ahora.
Con comparaciones tan grandes, solo pueden llegar mayores expectativas. Aunque, por el momento, el jugador prefiere vivir el día a día, haciendo caso omiso al constante debate y dejando de lado récords y premios futuros, estando concentrado, únicamente, en la consecución de su tercer anillo consecutivo en Miami.
No siento ninguna presión en estas Finales. Realmente no me importa lo que digan de mí, ni como la gente categoriza mi supuesto legado. Estoy jugando a un gran nivel y mi postura es la de ayudar al equipo a tener éxito. Yo juego para mis compañeros de equipo, nuestro equipo, para la ciudad de Miami, para mis amigos y mi familia, yo lo doy todo por ellos. Yo no me meto en lo que dice la gente acerca de mí y mi supuesto legado, creo que en realidad es un poco estúpido.
