El estilo de juego de Russell Westbrook es darlo todo en la cancha superando cualquier límite emocional. A veces eso juega en su contra ya que uno de sus hándicaps es que en los últimos minutos es capaz de lo mejor y de lo peor. Más lo primero que lo segundo, pero es ese tipo de jugador al que cuando comete un error grave (falta en ataque, un airball o una pérdida difícil de justificar) todo el mundo se ceba sobre él.
Esta temporada ha sido la primera vez en la carrera de Westbrook en la que las lesiones le han impedido jugar lo que él habría querido, pero lejos de venirse abajo, para el jugador, la lesión ha supuesto un beneficio en su estilo de juego. "Cualquiera que se lesiona regresa con una espalda más grande para soportar cualquier contratiempo. Uno quiere competir, regresar mejor que cuando sufriste la lesión y competir al mismo nivel que como cuando te fuiste. Esto me ha hecho jugar con mayor fiereza. Pero bueno, eso es normal en mí."
Westbrook se ha sentado en el banquillo durante su lesión para apoyar a sus compañeros durante los partidos y ese hecho parece que le ha ayudado mucho para conocer al equipo. "He aprendido muchas cosas distintas de mis compañeros. He aprendido como reaccionan. He aprendido mucho del juego viéndolo desde la banda. Me he dado cuenta de muchas cosas que como director de juego es bueno saber."
Su compañero Kevin Durant ha sido consciente de la evolución que ha sufrido Westbrook. "Parece que es más explosivo y que toma bien las decisiones en el juego. Parece que ha aprendido mucho viéndonos jugar. Uno es más consciente del juego sentándose y viéndolo. Russell juega siempre al límite y eso es bueno para él, así es capaz de llegar a su más alto nivel."
Veremos si en los playoffs Westbrook suma más que resta cuando los partidos estén igualados.
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