En mayo de 2012, Joe Lacob y Peter Guber, dueños de
Golden State Warriors, presentaron orgullosos en la Bahía de San Francisco con
un proyecto que presentar. La construcción de un nuevo pabellón con vistas al
mar para 2017.
“Tenemos la intención de construir el pabellón mas
espectacular del país” dijo Jacob. Por su parte, Guber aseguró que “será un
lugar de clase mundial”. Un proyecto faraónico que requería una inversión de un
billón de dólares y un tiempo escaso (5 años) para una obra de estas características.
Este domingo salía a la luz que el proyecto tendría
que aplazarse al menos un año, dándoles la razón a los más escépticos. Pero el
dinero y el tiempo no son los únicos problemas con los que tienen y tendrán que
lidiar Jacob y Guber.
Este sueño momentáneamente frustrado suscita diferentes opiniones entre el millon de personas que habita el área de San
Francisco. Han llegado críticas al nuevo pabellón en cuanto al impacto
medioambiental y en el tráfico, además de la creencia generalizada de que el
sustituto del Oracle Arena sería un gran patio de recreo para ricos, dejando a
la clase media sin opciones en la compra de entradas.
Por último, los propietarios de la franquicia
californiana se encuentran con el problema de los votantes. Aquellos que
rechazaron, de manera abrumadora, la propuesta de construir una serie de
inmuebles de lujo alrededor del pabellón. Según una encuesta, de los 400
posibles votantes, sólo el 36% apoyarían el proyecto.