¡Ah,
la libertad de elección! Tan fuertemente demandada y tan dura y asfixiante una
vez se consigue. No depender de nadie y vivir con las consecuencias de las
propias decisiones puede llegar a ser demasiado duro. Algunos tendrán que elegir en el futuro, pero ya hay quien hoy empieza a dudar de si hizo bien en
su momento.
No
debe ser fácil mirar atrás, contemplar la carta blanca que tan complicado es
conseguir y encontrarse a uno mismo pensando si supo aprovecharla o si por el
contrario cometió un error que le
perseguirá durante mucho tiempo.
Ese
fantasma que se mete dentro y te reconcome está rondando las mentes de la
directiva y el cuerpo técnico de los Cleveland Cavaliers. El frío no ha llegado
solo a las calles de Ohio, lo ha hecho acompañado de malas sensaciones, un
juego pobre y un decepcionante balance 4-10.
En
situaciones como esta todo el mundo busca un culpable y, a pesar de que otros
factores pueden tener (y seguramente tienen) más influencia, que el recién
llegado al equipo con el número uno del draft a la espalda y como clara apuesta
de la franquicia no rinda como se espera, lo convierte en uno de los candidatos
más señalados.
2
puntos, 2,7 rebotes y 0,7 robos por partido como datos más destacados no son suficientes
para un número 1 del draft. Tampoco lo son el 21,4% en tiros de campo, el 13,3%
en triples o el 33,3% en tiros libres que promedia Anthony Bennett en los 11
minutos que pasa en pista cada noche. Parece que el canadiense hace aguas en la
NBA, ¿se veía venir?
Motivos
para sopesar la opción había, concretamente dos. El ex de UNLV decidió pasar
por quirófano para reparase el hombro el pasado mayo, lo que suponía cuatro
meses de baja y perderse los entrenamientos previos al draft. Además, se
encontraba (y se encuentra) en la dicotomía small forward – power forward que
tantos problemas ha causado a novatos en la liga, incapaces de pelear contra
ala-pívots más grandes y sin el tiro de tres o la velocidad necesaria para
defender con garantías en el puesto de alero.
A
pesar de ello, y para sorpresa de muchos (ese “¡Wow!” de los comentaristas deESPN es bastante gráfico) salía elegido en la primera posición
del sorteo de rookies. En Cleveland hacían su apuesta, sin redes de seguridad,
sin poder excusarse en nada, solos ellos, su libertad de elección y sus posibles
consecuencias.
Y
éstas han aparecido pronto y no precisamente en la dirección esperada: constantes
problemas de salud y lesiones (apnea, falta de sueño, el hombro derecho dos
veces…), una serie 0 de 15 lanzamientos en sus primeros tres partidos y los
fríos números: Bennet ocupa la 45ª posición en porcentaje de tiros de campo y
la 37ª en puntos por partido entre la clase de este año. Todo ello le ha
granjeado ser protagonista de rumores que lo ubicaban en la liga de desarrollo,
rumores rápidamente atajados por la franquicia, pero que ahí están.
¿Es
justo reprochárselo a Cleveland? No, a toro pasado es fácil evaluar, pero es
innegable que puestos a hacer la apuesta que supone una elección de draft,
había otras menos arriesgadas. Es pronto aún, pero conforme pasa el tiempo
aumenta la preocupación en los Cavaliers… y es que la sombra de Kwane Brown es
alargada.
Mario
Herráez
https://twitter.com/#!/MarioHerCa
Impresionante artículo Mario. No es sólo que esté al 100% de acuerdo con lo que expones, sino cómo lo expones. Genial leerte, como siempre.
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