Connecticut y Kentucky se disputarán el título nacional el lunes a las 3:00 de la madrugada hora española tras superar en sus respectivas semifinales a los dos equipos que a priori partían como favoritos, Florida y Wisconsin. El March Madness nos ha vuelto a sorprender, una vez más. Un seed #7 y un seed #8 serán los encargados de pelear por el campeonato en el ´National Championship Game´. Cuando parecía que ya lo habíamos visto todo, el baloncesto universitario, único y especial, nos ha vuelto a sorprender.
#7 Connecticut Huskies 63-53 #1 Florida Gators
Pocos, por no decir nadie, confiaban en que los Huskies pudieran llegar a la Final Four. Y ya, que una vez en ella, lograrán vencer al máximo favorito al campeonato, pues no era ni mucho menos lo esperado. Pero el Madness tiene estas cosas. Los Huskies se sobrepusieron a un fulgurante inicio de Florida (4-16) y remontaron de la mano de un excelso DeAndre Daniels (20p/ 10 rebs) y llegaron al descanso con una ventaja de 3 puntos a favor (25-22). Ya en la segunda mitad, Shabazz Napier (12p), Ryan Boatright (13p) y Niels Giffey (11p) se unieron a Daniels para que la brecha siguiera creciendo. Ya es de sobras conocido que un mal día en el triple te manda para casa, y los Gators flojearon en exceso en su faceta más débil (1/10). Florida no encontró buena situaciones en ataque salvo cuando encontraron a Patric Young (19p) y Casey Prather (15p). La defensa de Shabazz Napier sobre Scottie Wilbekin fue clave en el devenir del partido, puesto que el boricua no dejó ni respirar al director de orquesta de los Gators. Kevin Ollie le ganó la batalla táctica a Billy Donovan y UConn superó las líneas de presión de Florida sin mucha dificultad. Finalmente, los Huskies se alzaron con la victoria y buscarán reeditar lo ocurrido en 2011 cuando Kemba Walker guió a Connecticut al título.
#8 Kentucky Wildcats 74-73 #2 Wisconsin Badgers
La historia se repite. Ocurrió contra Louisville, también lo padeció Michigan, y anoche, la víctima fue Wisconsin. Aaron Harrison volvió a meter un triple ganador cuando la bola más quemaba y cuando parecía que las esperanzas de los Wildcats de jugar la final se desvanecían. Bo Ryan, consciente de la superioridad de Kentucky en el apartado físico y en el juego interior, planteó un partido basado en la fluidez en la circulación de balón de los suyos, y donde Sam Dekker (15p), Ben Brust (15p) y Bronson Koenig (11p) ejecutaban una y otra vez a Kentucky. Pese a no ofrecer su mejor versión, Kentucky aguantó el tirón en todo momento, por mucho que los Badgers les acribillaran desde el perímetro. Un parcial de 15-0 comandado por James Young (17p) y Julius Randle (16p) nada más volver de vestuarios hacía intuir que UK podría controlar el choque, pero nada más lejos de la realidad, Wisconsin tiró de corazón y de acierto para remontar el encuentro. Alex Poythress sostuvo a Kentucky en los peores momentos del partido y consiguió que el partido llegará empatado a 71 a menos de un minuto del final. Y ahí, Andrew Harrison estuvo a punto de echar todo el trabajo de los Wildcats a perder tras tirar un triple nefasto y cometer una falta de 3 tiros libres sobre Traevon Jackson. Los Badgers no habían fallado ningún tiro libre en el encuentro hasta el momento, pero Jackson falló uno y dejó con vida al conjunto de un John Calipari, que confiando en sus ´freshmen´ no solicitó tiempo muerto en la jugada que acabaría con otro soberbio triple ganador de Aaron Harrison, el gran héroe del torneo para los Wildcats. Traevon Jackson no anotaría la posesión final y Kentucky se plantó contra todo pronóstico (al igual que UConn) en la final de la NCAA. Sí señores y señores, Aaron Harrison lo ha vuelto a hacer, y ya es la tercera. ¿Habrá una cuarta?
