Phil es un tipo que la NBA y el baloncesto requieren. Para qué negarlo: los banquillos sin Phil Jackson siempre han sido menos banquillos. Sin embargo, no regresará como entrenador. Una verdadera lástima. Pareciera que 11 anillos son suficientes. Se sentará como nuevo Jefe de Operaciones de la franquicia neoyorquina, un puesto que siempre planeó ocupar. Quizá no en ‘la Gran Manzana’, pero Jackson suplicaba un despacho.
En Nueva York no se lo pueden creer. Ha llegado su mentor. Quizá un poco tarde, pero por fin tienen un miembro de garantías. Si algo podemos afirmar es que del señor Phil Jackson duda poca gente. Los Knicks tienen por fin algo de lo que presumir más allá de que jueguen en el Madison o de los muchos premios a Jugador de la Semana que reciba Carmelo Anthony. Un tutor para la tercera evaluación.
Phil tiene el tiempo necesario para enseñarle a un equipo disfuncional cómo se gana. Quizá conocimiento oriental que ‘El Maestro Zen’ debe aplicar. Reconducir una franquicia histórica hacia el puesto que dicta la historia. Convertir en merecido lo que desmerecen. Devolver la confianza a una plantilla desconfiada. Todo eso y mucho más es lo que promete el mero nombre de Phil Jackson.
¿Lo conseguirá? Eso ahora no importa. Toca sentarse y esperar a que la ‘medicina Phil Jackson’ haga efecto. Estabilizar un equipo inestabilizado no debe ser tarea fácil. Una vez muerdes ‘la Gran Manzana’, el camino al paraíso se torna complicado. Pero debe merecer la pena. Y es que, ya se sabe: una mejor vida es posible con el tío Phil.