Atrás
queda el magnífico enfrentamiento del 88 entre Dominique Wilkins y Michael
Jordan, y cada vez tenemos más lejos el mítico concurso de Vince Carter
en el año 2000. En su lugar, hemos tenido que tragar con un salto por encima de
un Kia y una triste imitación del cartero Karl Malone como ganadores del Slam
Dunk Contest de los últimos All-Star.
El
evento, que en más de una ocasión quitó protagonismo al propio partido de las
estrellas del domingo, está en un pésimo estado de forma, en gran parte por
culpa del nivel exhibido en las últimas ediciones. Al circo de Superman Howard y Kryptonate, le
siguió la victoria de Blake Griffin saltando por encima del coche que patrocina
a la NBA (…) y al año siguiente un Jeremy Evans que no convenció a nadie.
Pero
llegó 2013, y con él, un cartel que devolvió la ilusión al aficionado: junto a
Evans (que tenía que defender el trono) se encontraban dos clásicos del mate como
Gerald Green y James White, sangre joven en forma de Terrence Ross y Kenneth
Faried, y un pequeño con impresionantes muelles, Eric Bledsoe.
Con
las expectativas por las nubes y la esperanza de ver un concurso a la altura,
al final todo se quedó en nada. Green necesitó muchos intentos para ejecutar su
segundo mate, White repitió una vez más los que habíamos visto en muchas
ocasiones y, con Terence Ross como jugador más destacado de la primera ronda,
sorprendió el pase a la final de Evans en lugar de Bledsoe o The Manimal.
Ross,
a la postre campeón, mostró creatividad y plasticidad, pero tampoco necesitó
hacer mucho para desbancar al jugador de los Jazz, cuyo "momento estelar" fue saltar
un cuadro en el que se había pintado a si mismo haciendo el mate.
Mal
sabor de boca y otro varapalo para el espectador, que ve continuamente en
internet vídeos de matadores amateur que pasarían literalmente por encima de lo
que ofrece el Sprite Slam Dunk Conest.
Si quieres participar en la
conversación, los integrantes del equipo de NBADestiny comentaremos el evento en twitter a través del hashtag #NBADestinydunk.